Hemocultivos – algunos datos

  • 1 set de hemocultivo es el volumen de sangre obtenido en una única toma, puede repartirse en más de una botella.
  • Es importante el volumen obtenido (20-30ml) repartido al menos en una botella para anaerobios y otra para aerobios (no necesitan tomarse en diferido).
  • La cantidad de sets es otro factor de importancia: idealmente 2-4 sets (4-8 botellas).
  • El tiempo entre sets viene determinado por la urgencia. El volumen y el número de sets son factores de mayor peso para lograr un rescate microbiológico.
  • Es preferible desinfectar con clohexidina (no en niños menores de 2 meses) o tinturas de iodo por sobre iodopovidona. La correcta desinfección del sitio de punción evita la contaminación, que resulta en mayores costos y confusión a la hora del tratamiento del paciente.
  • La toma de muestras debería ser previa al inicio de antibióticos (ATB)
    • El uso de medios con resinas aumenta la efectividad de cultivos en pacientes que ya recibieron ATB (J Microbiol Immunol Infect 2010 43:347)

Fuente: A Guide to Utilization of the Microbiology Laboratory for Diagnosis of Infectious Diseases: 2013 Recommendations by the Infectious Diseases Society of America (IDSA) and the American Society for Microbiology (ASM). Clin Infect Dis 2013 57:e22. LINK.

Vértigo. Y examen neurológico «de guardia»

Consulta por guardia externa una mujer de 60 años, con «mareos» de algunos días de evolución («siento que se mueve todo»), relacionados a vómitos, sin referir pérdida de conciencia ni pérdida del tono postural.

¿Cómo la evaluamos?

Cuando un paciente consulta por mareos debería ubicarse entre 4 categorías: vértigo (sensación de movimiento), presíncope (sensación de pérdida de conocimiento inminente), desequilibrio (sensación de falta de estabilidad, en los miembros inferiores) y «mareo inespecífico».

En esta paciente su descripción nos hace pensar en vértigo.

Vértigo

  • Debe clasificarse en central o periférico.
  • El vértigo se produce por una alteración en la integración del equilibrio, que implica propiocepción, vista y órgano vestibular. Esta integración ocurre principalmente en cerebelo. Así, la alteración cerebelosa dará lugar al vértigo central, mientras que la afectación del sistema vestibular, al vértigo periférico.
  • Las alteraciones del sistema vestibular suelen acompañarse de alteraciones auditivas, y nunca presentan signos neurológicos de foco, ni alteración del nivel de conciencia. El nistagmus que puede presentarse es horizontal (respuesta coordinada oculomotora a la falsa sensación de movimiento por el sistema vestibular)
  • Las alteraciones centrales pueden incluir signos neurológicos focales, presentar alteraciones del nivel de conciencia, los síntomas auditivos suelen estar ausentes. Puede haber nistagmus vertical.
  • Los cambios de la posición de la cabeza empeoran o desencadenan episodios de vértigo periférico, pero tienen poco efecto sobre el vértigo central.

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Nuestra paciente se encuentra lúcida (glasgow 15/15), orientada en tiempo, persona y espacio. La exploración de los pares no demuestra alteraciones, al igual que la exploración segmentaria en miembros. Presenta un nistagmo horizontal, leve lateralización de la marcha y el Romberg es negativo, pero se positiviza al sensibilizarlo (piernas «en 4»). Coordinación conservada. Signos vitales (TA, FC, T°, FR y saturación) en límites normales.

Examen neurológico «de guardia»

  • El examen físico neurológico en la guardia debe orientarse primariamente a descartar la patología de mayor riesgo para el paciente
  • Existen seis grandes esferas a valorar: estado mental (nivel y contenido de conciencia), pares craneales, examen motor, reflejos, examen sensitivo, y coordinación y balance.
  • La profundidad del examen de cada área dependerá de las manifestaciones del paciente (mientras que puede obviarse en un paciente que refiere vértigo el examen sensitivo, resulta central en un paciente cuyo motivo de consulta es la aparición de parestesias).
  • A su vez, resulta esencial el control de signos vitales, ya que mucha patología neurológica grave se puede asociar a alteraciones hemodinámicas, de la respiración o sindrome febril.
  • Lectura recomendada (en inglés): «The Neurologic Examination for the Emergency Physician» Andy Jagoda (de FERNE). Link (pdf).

Entonces, en nuestra paciente podemos asegurar la presencia de vértigo periférico. Si en cambio hubiéramos encontrado alteraciones en el examen físico, en el diferencial de vértigo central debemos considerar a la enfermedad cerebrovascular (lo que obliga al estudio con TC).

El tratamiento del vértigo depende de su etiología y excede las intenciones de este artículo.

Fuente: Rosen’s Emergency Medicine. Concepts and clinical practice. (8va edición; 2013)

Neumonía adquirida en la comunidad

La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) se define como «una infección aguda del parénquima pulmonar que se manifiesta por signos y síntomas de infección respiratoria baja, asociados a un infiltrado nuevo en la radiografía de tórax (Rx Tx) producido por dicha infección, y se presenta en pacientes no hospitalizados durante los 14 días previos» (Luna et al. 2013)

Existen guías locales para el manejo de la NAC:

  • Lopardo et al. MEDICINA (B Aires) 2015; 75:245 (Una revisión narrativa, realizada por un comité de la Sociedad Argentina de Infectología -SADI-) Link.
  • Luna et al. MEDICINA (B Aires)  2003; 63:319 (Un consenso intersociedades) Link.

Dejo un resumen de la revisión de Lopardo et al, y una comparativa de ambas guías (al final).

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A tener en cuenta:

  • PENSAR EN SEPSIS (como en cualquier otro paciente infectado)
  • Epidemiología
    • H. influenzae: en especial en tabaquistas, EPOC
    • S. aureus: Tercer patógeno en frecuencia. Relación con influenza (gripe), alteraciones estructurales del pulmón y adictos endovenosos
      • SAMR: bajo porcentaje.
    • Legionella: baja circulación pero pueden ocurrir brotes.
    • Pseudomonas aeruginosa: bronquiectasias, fibrosis quística, tratamiento ATB previo o corticoides
    • Enterobacterias: pacientes geriatrizados, alcoholistas o con comorbilidades y en aspiración. Estas poblaciones de riesgo son compartidas por los anaerobios.
  • Diagnóstico y Manejo
    • El esputo presenta dificultades para obtener una buena muestra, y presenta baja sensibilidad. Es de utilidad para aquellos en quienes se sospecha tuberculosis (TBC) o neumonía por Pneumocistis (PCP). Esputo «de buena calidad»: sin antibióticos previos, > 25 polimorfonucleares y < 5-10 células epiteliales planas bajo lente de 100 aumentos.
    • Cuando se realizan hemocultivos, tomarlos antes de iniciar ATB
    • En pacientes con derrame pleural, debería realizarse toracocentesis diagnóstica (pH, glucosa, citología, Gram y cultivo).
    • No debería utilizarse la clasificación clínica de «neumonía atípica» (disociación clínico-radiológica) para orientar el diagnóstico etiológico.
    • Interpretación del CURB-65
      • 1 punto por ítem: confusión; urea >90mg/dL;frecuencia respiratoria >30/min; TA sistólica <90 o diastólica <60mmHg; 65 años o más
      • 0 puntos: manejo ambulatorio
      • 1 punto: evaluar caso por caso (saturación, clínica, laboratorio…)
      • 2 puntos: internar. Es necesario valorar la necesidad de ingreso a UTI
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    • Imágenes: En general los patrones radiográficos no tienen buena correlación con la etiología. La presencia de cavitaciones se asocia con anaerobios, enterobacterias, S. aureus, TBC, hongos y neoplasias.
  • Antibioticoterapia
    • Los betalactámicos (amoxicilina) cubren bien a S. pneumoniae, H. influenzae y enterobacterias (estos dos últimos son mejor cubiertos en asociación con inhibidores de betalactamasas: amoxi-clavulánico o ampicilina-sulbactam)
    • Mycoplasma (carece de pared) y Chlamydophila (tiene un ciclo vital particular) no responden a los betalactámicos, pero si a macrólidos o fluoroquinolonas, de ahí el agregado de claritromicina en los pacientes internados (amplía la cobertura)

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Bibliografía:

  • Lopardo et al. MEDICINA (B Aires) 2015; 75:245
  • Luna et al. MEDICINA (B Aires)  2003; 63:319
  • Marx et al. «Rosen’s Emergency medicine. Concepts and clinical practice» (8th edition)